Películas de videojuegos: ¿Por qué no me detesto la idea?
Para empezar quiero dejar claro que todas y cada una de las líneas escritas en este artículo son opinión personal sobre las películas de videojuegos, en ningún caso pretendo dar verdades rotundas., es solo mi visión. Dicho esto, empecemos.
Que alguien me explique el porqué. Es una cosa que me lleva incordiando desde hace mucho; los videojuegos no se pueden llevar al cine en carne y hueso. Desde la película original de Super Mario bros, pasando por las películas de Tekken o Street Fighters, hasta la película de Assassin’s Creed. Ninguna me ha parecido decente.
Yo siempre he pensado que si algo está hecho en un medio interactivo como es el videojuego, no lo toques. Pongamos el ejemplo de una película que me decepcionó bastante: El príncipe de Persia: Las arenas del tiempo (sí, la vi en el cine, de estreno además). Sí, efectos especiales brutales. Acción y coreografías de lucha geniales. Pero argumento pobre y respeto prácticamente nulo al videojuego original. Tenemos una daga del tiempo, sí. Pero nada más.
El motivo principal por lo que no existe satisfacción con este tipo de películas es que esperamos demasiado de ellas. Hemos jugado, hemos vivido una aventura, de una manera, y esperamos que cuando lo vemos en la gran pantalla, ver lo mismo que hacíamos frente al televisor. Y no es así en más del 90% de los casos. Debemos entender que se busca el éxito de la película, aunque para eso haya que sacrificar algo. No es que hayan quitado ese monólogo inicial, la daga o el príncipe pero, le falta semejanza y le sobra estilo hollywoodiense. Sin entrar clichés típicos de cine de «héroe salva a princesa, princesa va a morir pero algo pasa para que al final no muera» o similares.
Aunque, voy a romper una lanza por este título y otros. Primeramente, Ben Kingsley es uno de los mejores villanos que ha parido el cine desde su nacimiento. Eso es sí un hecho. Segundo, la ambientación en todos los films es genial. Los vestuarios son casi siempre excelentes y las bandas sonoras magistrales. Punto positivo para los títulos. Pero, reitero, en lo más importante, el argumento, pinchan todas.
En conclusión, esto ocurre en prácticamente todas las películas sobre videojuegos. Podemos tomarlas como películas de acción, pero no como películas de videojuegos.
Tampoco quería acabar el artículo sin nombraros a una persona que ha contribuido muchísimo a que mi opinión sobre las películas de videojuegos sea un tanto destructiva: Uwe Boll. Este director alemán se merece un artículo a parte hablando de su filmografía y su historia con los medios (¡que da para escribir un libro), pero solo os voy a dejar con 3 de sus títulos: Farcry (2008), la saga BloodRayne (¡Ojo, kingsley salió en la primera!) y Alone in The Dark (2005). No me odiéis.
Quizás estéis de acuerdo conmigo, quizás no. Podéis dejar vuestras opiniones en los comentarios, el twitter de Comunidad Gzone o en el mío personal. También podéis leer la noticia de la semana pasada aquí.
Tienes razón siempre que he visto una pelicula basada en un juego me quedo como diciendo «¿ya ha terminado?», «pero si todavia falta esto» …
Ya no por recortar cosas. Eso pasa mucho.
El tema es que respetan más bien 0 los detalles originales. Por ejemplo, aunque digo que los vestuarios son geniales (que también), el príncipe no viste parte de arriba en el videojuego. (Disney things…)
Eso para empezar.